En el futbol base no recogemos frutos, ponemos semillas

Desgraciadamente el fútbol profesional que es considerado el modelo de referencia para el fútbol base ha logrado contaminarlo. Hoy en día hay una conspiración contra el desarrollo del talento futbolístico porque hay demasiados entrenadores que por pedir la victoria contagian la alegría de los jóvenes en el juego.

 

Disfrutar jugando, sentirse a gusto , hacer una experiencia placentera, hacer disfrutar a los demás, apartarse de la presión ambiental y tener todos los 5 sentidos metidos en la tarea es para muchos jóvenes una terapia para sobrevivir en el fútbol. El sufrir para ganar lleva a estos jóvenes jugadores a un exceso de presión, a un temor al fracaso, a no tener ganas y a abandonar frecuentemente su práctica. Pero si juegas con ganas, ganas. Si no, tú te lo pierdes.

 

R. Denoueix , el entrenador de Real Sociedad pocas semanas antes de proclamarse sub - campeón en la Liga de Estrellas lo dice lo mismo a sus profesionales pero con otras palabras: “Nuestro fin no es el éxito, sino perseguir el placer por el juego!”

 

El debate “¿Ganar o formar?“  está enfrentando entre sí a los profesionales que se dedican a la organización, gestión, investigación y enseñanza o entrenamiento de casi todos los deportes,  pero también a muchos padres que ven en la actividad deportiva de sus hijos una plataforma de promoción social y económica.

 

La clave del problema reside en la consideración de la práctica deportiva desde la propuesta que ofrecen las federaciones  regionales como única referencia válida. En ellas todo gira alrededor de la búsqueda del modelo de campeón y la práctica puramente competitiva para conseguirlo.

 

Las categorías inferiores se ven salpicadas tanto en los objetivos como en la forma de enseñar de sus técnicos por un afán desmedido en alcanzar cuanto antes los máximos resultados del joven  deportista.

 

Doy un ejemplo. En cualquier “Escuela de Fútbol”, antes de empezar a trabajar, los responsables pueden elegir entre dos filosofías bien distintas de trabajo:

 

- Buscar por todos los medios la victoria de sus equipos a corto plazo

 

- Buscar, a pesar de la posibilidad de perder partidos, una óptima formación gradual e integral del jugador con objetivos a más largo plazo.

 

 

 

 

 

 “Un técnico de fútbol base que gana casi todo no ha trabajado por el futuro de sus jóvenes jugadores, sino por su porvenir”